Primera C | Argentino de Merlo

Para el recuerdo

Argentino de Merlo goleó 5-1 a Victoriano Arenas como local y volvió al triunfo luego de dos fechas. Salvador, por dos, Medina, Ursino y Báez, los goles.

Publicada: 23/09/2019 18:20:30

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Martín Perelman, entrenador de Argentino, pateó el tablero en la previa a este encuentro: dispuso siete variantes, entre ellas cambio de arquero, para renovar el aire en Merlo Norte. Y vaya si le salió bien, su equipo ganó, gustó y goleó ante un apático Victoriano Arenas, que se hunde en la tabla de posiciones.

En un comienzo arrollador, Argentino a los 15 minutos ya se encontraba dos goles arriba en el marcador, producto de dos contragolpes letales. El primero comandado por Alan Salvador que cruzó toda la cancha, descargó en Cristian Barrios y este, desde la medialuna del área, abrió para Cristian Medina que convirtió el primero. El segundo, luego de varios rebotes en el área, quedó a merced de Salvador que no perdonó ante el achique del arquero Pablo Bustamante.

Como una tromba, Argentino casi sentencia las acciones un minuto después del segundo gol, pero el remate de Salvador salió apenas rozando el palo. Hasta ese momento era un monólogo de los locales y desconcierto total para los de Geldstein, que apenas llegaron a inquietar al golero Milton Hansen.

En el inicio de la complementaria, Diego Ursino, de cabeza, le pegó un nuevo cachetazo a Victoriano, que estaba tres goles abajo. A partir de ahí, los de Merlo Norte empezaron a mover la pelota de un lado para el otro. Veinte minutos después, Salvador, la figura del partido, no se puso nervioso tras un centro y definió al fondo de la red, después de amagarse a un jugador en el área.

A partir de ese momento, y con el resultado asegurado, Argentino entró en una inestabilidad y Victoriano aprovechó de ello con el gol de Nahuel Bravo desde afuera del área, en lo que parecía un atisbo de recuperación. Aunque eso se caería por completo con el gol de Celso Báez desde la mitad de cancha, para ponerle la frutilla al postre a una tarde donde salió, absolutamente, todo.


Federico Marín

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