El abrazo del alma

Con goles de Costa, Bueno y Fergonzi, el Canario goleó 3-0 a Independiente Rivadavia, rival directo en la lucha por la permanencia, y logró salir de la zona de descenso.

Publicada: 09/05/2017 20:47:39

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Después de mucho tiempo, Flandria mira la tabla del descenso y se ve afuera de la zona roja. Con un arranque de año impensado luego del cierre con siete caídas al hilo, el Canario sueña con la salvación más que nunca. Es que con 11 partidos sin perder, este martes por la tarde ganó otro partido clave en la lucha por la permanencia: victoria 3-0 ante Independiente Rivadavia de Mendoza en el Carlos V.

El Canario tuvo una gran virtud. Supo maquillar las ausencias al punto tal de –por momentos- no extrañarlas. Porque el equipo perdió prácticamente a su columna vertebral. Por suspensión, afuera Williams Riveros (hasta hoy había jugado todos los minutos en el Nacional B), Gabriel Díaz y Alejandro Altuna. Por lesión, descartado Mauro Bellone (uno de los puntos más alto en el mediocampo en lo que va de este 2017). Sin embargo, pudo rearmar el equipo e imponer el funcionamiento colectivo sobre las individualidades.

Quizás, haber encontrado tan rápido la ventaja le dio tranquilidad para asentarse dentro del campo de juego. Porque a los tres minutos desbordó por la derecha Martín Seri y metió el centro perfecto para Sebastián Matos, que metió un violento cabezazo, el arquero dio rebote y como un misil Franco Costa la clavó en el ángulo. Un rato después, Mario Mussón (volvió a jugar después de casi un año ya que su último partido había sido en Villa Crespo en la consagración en la B Metro) ganó en lo alto y reventó el palo.

A pesar que el Canario le daba la pelota a la Lepra que la manejaba con el Sapito Encina y Facundo Curuchet, aunque sin lastimar por el centro. Apenas un disparo de González que se metió solo por el medio pero el zurdazo salió débil para Griffo.
Del otro lado, el local pudo tener el segundo. Seri salió como una tromba tras un desacople entre los centrales, pero llegó a cerrar justo con la cola el defensor cuando el volante ya había superado al arquero con su definición. Y un tiro libre de Alejandro González no encontró de milagro la punta del botín de Matos que, de desviar la pelota, hubiese complicado y mucho a Aracena. En el final, Walter Ortiz sacó un bombazo desde afuera que obligó la volada del arquero.

En el complemento, como suele suceder cuando está en ventaja, Flandria se paró demasiado cerca de su última línea. Y le dio la chance a la Lepra para meter presión en esa zona peligrosa. Lo tuvo Arciero sólo en la boca del área chica tras un desborde de González y el despeje corto de Diego Sosa.

Igual, Flandria tuvo sus posibilidades. Ortiz metió un centro pasado que Matos no llegó a impactar con fuerza. Después, Costa corrió sólo de frente al arquero, pero el defensor lo agarró de la camiseta afuera y lo empujó adentro del área para que el volante llegara cayéndose a definir. Pero la más clara fue a los 22 cuando Paqui otra vez quedó sólo luego de que Matos lo habilitara perfecto, el arquero llegó a tapar con dificultad y cuando el 9 se tiraba con todo, entre Rébola y Aracena salvaron sobre la línea. En el rebote, el 1 tapó con todo ante el disparo de González a quemarropa.

Con los cambios, el Canario pudo pararse unos metros más adelante, con el aire renovado y la dinámica de Ramiro Fergonzi y Pablo Bueno. Del otro lado, Independiente se fue quedando sin aire. Justamente, ellos dos terminaron liquidando el partido. Porque en una contra, Fergonzi habilitó a Bueno, que le dio de lejos para superar al arquero que quedó a medio camino. La frutilla la puso Fergonzi con el 3-0. Y la gente explotó: “Ohhhh, no se va, no se va, Flandria no se va…”.

Con una tarea soberbia, el Canario ganó otra final por el descenso. Con puntos muy altos. Costa imparable: ganó siempre en velocidad y habilidad. Camacho impasable: al nivel de la final ante Atlanta. Y Mussón inoxidable: ni se notó el casi año de inactividad. Por eso, todos sueñan.