La ultima chance

A Temperley solo le sirve ganar. Para soñar con el Reducido deberá vencer a Almagro y así pensar en la fecha siguiente. Sin Castro ni Mazur, Aldirico moverá el tablero.

Publicada: 12/04/2019 21:41:35

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Lo sucedido frente a Central Córdoba de Santiago del Estero, lejana derrota 2-1 en el Alfredo Beranger, destruyó la poca independencia que aún quedaba. Sin haber sumado de a tres ante el Ferroviario, las posibilidades de Primera División se desvanecieron como arena en las manos. Sin reacción, mucho menos contundencia, esa grata sensación de no depender de nadie, directamente desapareció. Y si bien la historia parece sentenciada, las fatídicas matemáticas de siempre, no descartan absolutamente nada.

Resulta que para hablar de milagros, del destino y demás, Temperley tiene que ganar. Sin vueltas, sin humo, ajeno a las falsas esperanzas, para comenzar a discutir (y porque no a soñar) lo primero que debe suceder trata de un triunfo celeste en José Ingenieros. ¿El rival? Nada menos que el Almagro de Gastón Esmerado, no solo ex DT de la visita, sino que también culpable de una levantada extraordinaria que hoy pone al dueño de casa dentro del G8.

Parada brava, verdadera final para ambos. El que gana celebra; uno que puede confirmar su lugar, el otro estirar felizmente su agonía. Y teniendo en cuenta todo esto, comprometido con la causa y con ganas de torcer la mala, Cristian Aldirico sabe que no cuenta con una cartera amplia. La suspensión de Federico Mazur y los problemas de salud de Matías Castro arremeten con la calma que lo caracteriza. Además, volviendo al mediocampo que más satisfacciones le dio, quien también saldría del once seria Federico Fattori.

En principio, el equipo para visitar al Tricolor iría con: Pablo Campodónico; Cristian Paz (le ganó la pulseada a Agustín Sosa), Tobías Albarracín (foto), Nicolás Demartini y Sebastián Prieto; Mauro Cerutti, Roberto Brum y Leonardo Di Lorenzo; Lucas Mancinelli, Pablo Magnin y Leandro González. Temperley buscara alargar su vida a partir de las 17.05 y con el arbitraje de Fabricio LLobet, la batalla de Almagro promete y va en serio.

Iñaki Marcó