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Chaca por el mundo

Alejandro Clement es un fana del Funebrero que recorre el mundo en bici, con su trapo y en carpa. Ahora, vive en los mejores hoteles de China. La historia del Chaca viajero.

Publicada: 30/04/2020 12:36:04

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“Mis viajes empiezan a los 13 años. Justamente, empecé siguiendo a Chaca. Me subía a los micros y nos íbamos para varias provincias del país. En el año 2001, ya había conocido gran parte de la Argentina y tenía un sueño que era conocer Brasil. Supuestamente me iba a ir 15 días y me quedé casi un año allá. Ese fue mi primer gran viaje”, retrata Alejandro Clement a Solo Ascenso. Alejandro es un fanático de Chacarita que recorre el mundo con la bandera del Funebrero y con una particularidad: lo hace en bicicleta. Sí, en bicicleta.

En ese momento, Clement, más conocido como el Chaca viajero, solo había utilizado una vez la bici como medio de transporte: “Me acuerdo que le saqué una a mi viejo, le até una carpa y fui solo hasta Rosario a la cancha de Central para ver a Chacarita”.



El nacido en San Martín comenzó a recorrer el país y varios países de Sudamérica, en ese momento lo hacía a dedo, hasta que se asentó durante cinco años en Medellín. Cuando se instaló en Colombia, estuvo trabajando en diferentes lugares, ahorró y se pudo poner un restaurante llamado “Parrillada Argentina Chaca”, el que, obviamente, estaba pintado negro, blanco y rojo. Gracias a este bienestar económico, pudo volver de visita dos veces a la Argentina: una lo hizo en avión y otra en moto.

A pesar de estar cómodo en Medellín y haber estado cinco años, el viajero, de 39 años, siguió con su objetivo fijo de seguir recorriendo el mundo, pero ahora lo iba a hacer de otro modo: “Tenía ganas de irme a Centroamérica y conocí a un argentino que estaba viajando, pero lo hacía en bici y me dijo que era otra onda. Al principio dije que estaba loco, pero después lo probé. Estuve casi un año pedaleando por Centroamérica hasta llegar a México y fue una experiencia increíble, porque fui sintiendo metro a metro el esfuerzo y lo disfruté mucho más”. Además, agrega: “Cuando crucé la frontera de México se me caían las lágrimas, porque cuando salí de Colombia y estaba a mitad de camino lo veía inalcanzable. Es algo que no se puede explicar”.

Hace unos años comenzó su tour “la vuelta al mundo en bicicleta” en el que ya conoció España, Portugal, Francia, Italia, Turquía, Eslovenia, Tailandia, Croacia, etcétera, etcétera, etcétera. Su idioma en inglés es nulo, por lo que le costó adaptarse en algunos lados. Aunque cuenta: “Tuve que aprender de golpe. Ahora estoy en un 20%, porque soy un poco vago”, dice entre risas.



Muchos se preguntarán sobre cómo hace para subsistir y hacerse de recursos. ¿Es millonario? “El que me conoce, sabe que yo soy un pibe de barrio que no tiene un peso. El que no me conoce se pregunta cómo hace este pibe para estar todos los meses en un país diferente. La verdad que no se trata de ser rico económicamente para viajar. Para mí, la plata no es un impedimento y eso también es gracias a la bicicleta. El poco dinero que voy necesitando es para la comida y para tener una reserva por alguna enfermedad”.

Por eso, en cada lugar que conoce se las ingenia para trabajar cuando se está quedando con poco efectivo: “Por suerte, nunca la pasé mal económicamente. Para ahorrar ese dinero, me la voy rebuscando tratando de laburar en algún restaurante, de jardinero, de pintor o haciendo alguna que otra artesanía. Para mí, quedarse en cero es no saber viajar”.



Clement cuenta que, además de sus familiares, una de las cosas que más extraña es ver a Chacarita. Por ende, lleva su pasión funebrera a todos lados: “Me crucé varios hinchas de Chaca en distintas partes y al que no es, lo hago. Le muestro la bandera, los hago cantar las canciones, les muestro videos de la hinchada. En Laos, estuve con unos chicos a los cuales los hacía cantar. Es muy duro no ir a la cancha por tanto tiempo seguido”.

Obviamente, no todo es felicidad en los viajes que afronta permanentemente. Realiza un esfuerzo importante y no todos los días se levanta de buen humor: “Llega un momento que te cansa un poco, porque es pedalear todos los días ocho, diez horas durante un año o más. Hay momentos en el que te levantás y decís ‘¿para qué hago esto?, estoy en bicicleta, lejos pero, igualmente, en mi caso es impensado abandonar un viaje”.



Cuando deja de pedalear y se tira a una carpa a descansar, hay muchos lugares que no son los más adecuados para dormir: “Cuando estuve en las Guyanas y Surinam, es muy peligroso, porque está lleno de jaguares y pumas. Parezco Rambo, porque estoy con el machete y un cuchillo en la mano. Por suerte, nunca lo tuve que usar”.

Hace cinco meses que su vida de mochilero dio un giro de 360 grados. De vivir en la calle y dormir en carpa, ahora come en buenos restaurantes, tiene lujos y se encuentra en los mejores hoteles de China: “Acá en Hong Kong, se me dio vuelta la torta. Es un país muy caro para todos, pero conocí a una señora y nos hicimos amigos. Ella está muy bien económicamente y me ofreció vivir en su casa para que no ande en la calle. De dormir en carpa, ahora estoy durmiendo en los mejores hoteles. Es increíble. Estas cosas solo pasan viajando”.



El Chaca viajero frenó y tendrá que frenar obligatoriamente su aventura, justamente, en el país que se inició el coronavirus: “Ahora está muy controlado acá, ya que los chinos fueron muy estrictos con la cuarentena. Ya se puede vivir normalmente, lo único que los cines y estadios siguen cerrados por precaución. Ojalá que en Sudamérica mejore pronto. Eso pasará únicamente si se cumple el aislamiento obligatorio”.

Sus horas de pedaleo van a seguir y estima que aún le quedan aproximadamente dos años de bici, pero ello tendrá que esperar: “Estoy con muchas ganas de irme para la muralla China, ir a Japón, Rusia, entre otros. Antes me quedaba en un lugar por gusto, pero ahora me tengo que quedar por obligación. Por más que abran la frontera, no me quiero arriesgar, ya que yo duermo en carpa y es muy riesgoso. Me voy a quedar un buen tiempo”.

Gastón Rienzi

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