El club que no se vendió

Comunicaciones festeja su aniversario 87 y en el día de su cumpleaños, no te pierdas esta nota especial de Solo Ascenso con lo mejor de la historia del equipo de Agronomía.

Publicada: 15/03/2018 10:18:47

Lecturas: 17819

El 15 de marzo de 1931 un grupo de empleados de la compañía de Correos y Telégrafos de la ciudad de Buenos Aires fundó el Club Atlético Correos y Telégrafos, que tiempo después dio lugar al Club Comunicaciones, del barrio porteño de Agronomía.

Conocido en los primeros años por formar parte de los “8 Grandes bailes 8”, carnavales organizados en Capital Federal con shows de artistas populares de la época como Sandro y Juan D’arienzo, y que reunía a una gran multitud de espectadores, la institución adoptó los colores amarillo y negro por la vestimenta de los carteros en aquellos años.

Rápidamente se lo apodó el “Cartero”, y hubo que esperar hasta 1953 para la modificación del nombre de la entidad. Asamblea mediante, pasó a llamarse Club Comunicaciones y ese mismo año gracias a la gestión del presidente Juan Domingo Perón le fueron cedidos unos terrenos en el barrio de Agronomía, donde se construyó el actual estadio y predio polideportivo para sus asociados.

La participación en AFA para Comu comenzó en 1960 dentro del campeonato de la Primera D. Por reestructuración en los torneos a partir del 64 empezó a jugar en la C y en 1968 se consagró campeón pero decidió no ascender respetando su estatuto que le impedía la práctica del fútbol rentado, algo que hubiese ocurrido si los dirigentes aceptaban jugar en la B.

Ya para 1969 se modificó aquella norma del estatuto y tras consagrarse otra vez en la C finalmente logró llegar a la Primera B, categoría en la que se mantuvo hasta 1977, donde sufrió su primer descenso. Durante la década del 70 el club marcó un récord, alcanzando los 60.000 socios. Con la modificación en los torneos de AFA y la llegada de la nueva B Nacional en 1986/87 Comunicaciones se quedó con uno de los ascensos a la Primera B, pero solamente permaneció un año en la categoría y volvió a la C, donde estuvo hasta 1992.

Los años 90 fueron de los más complicados en la vida del Cartero. La crisis económica que azotó al país durante la presidencia de Carlos Menem y la privatización del Correo Oficial de la República Argentina, que financiaba a la institución con los aportes de sus empleados, repercutió en el club y lo futbolístico, por lo que alternó en la C y D.

Luego del ascenso a la Primera C en el 97/98, la institución de Agronomía entró en los años más duro en cuanto a lo económico y en diciembre del 2000 presentó la quiebra. Al igual que lo ocurrido con Racing de Avellaneda, la justicia dictaminó la creación de un fideicomiso que se hizo cargo de la administración de la institución.

Pero la actividad del fútbol no fue la única que sufrió la crisis económica de la institución. El Instituto Comunicaciones, el establecimiento educativo creado por la entidad cerró sus puertas en el año 2002 luego de que la empresa nueva a cargo del correo, Socma (Sociedad Macri), no se hiciera cargo de las deudas y sueldos de los trabajadores. Para mantener la escuela abierta, los profesores de los niveles inicial, primario y secundario decidieron transformar al colegio en una cooperativa que se inauguró en el 2007 y en principio albergó a más de 90 alumnos.

De regreso al fútbol, durante la temporada 2004/05, el Cartero se ganó el derecho de jugar la final por el ascenso a la B Metropolitana tras quedarse con el Torneo Clausura. Allí venció a Colegiales en Cancha de San Lorenzo de Almagro, para abandonar la Primera C y nunca más volver hasta el momento.

En los años siguientes continuaron los problemas económicos para Comunicaciones. En el 2010, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires exigió a la institución de Agronomía el pago de $11 millones producto de una deuda del establecimiento con el Gobierno de la Ciudad. El club cedió como forma de pago un total de 6 hectáreas que serían licitadas para la construcción de un establecimiento para eventos múltiples, pero la ley fue vetada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de aquel entonces, Mauricio Macri.

El año 2012 marcó a fuego la historia y esencia de Comu. A causa de la deuda económica, el club cerró sus puertas y estuvo a punto de desaparecer. En ese entonces, dos propuestas aparecieron para salvar al Cartero de la situación en la que estaba. La primera por parte del empresario Daniel Hadad quien manifestó hacerse cargo de los 12 millones de pesos adeudados a cambio de quedarse con el microestadio del club de Agronomía.

La segunda propuesta y la más recordada, la de Hugo Moyano del sindicato de Camioneros que llegó a la institución con la promesa de inversiones y salvación, mejor futuro. Como nada es gratis, Comu debería cambiar su esencia, historia, escudo, y pasar del amarillo y negro al verde y blanco.

Pero Comunicaciones no se vende, y Comunicaciones no se vendió. Fue el grito de guerra de los cerca de 1500 socios que ante la adversidad lucharon contra todo para salvar al club. Hasta con personalidades del mundo del espectáculo como el actor Nazareno Casero, confeso hincha del Cartero, los socios tomaron la institución y en el frío invierno de julio durmieron en el piso del salón del club. Se organizaron en la Asociación Civil Todos por Comu, marcharon hacia la Legislatura y cortaron las Avenidas Beiró y San Martín. Comu no se vende.

Durante agosto del 2012, la Cámara Nacional de Apelaciones falló en favor de los socios del Cartero y en contra del pedido de Hugo Moyano, por lo que la institución volvió a pertenecer a sus hinchas que tanto lucharon. Desde allí el proceso de recuperación del Cartero que cuenta con más de 20 disciplina deportivas y cerca de 5.000 socios en la actualidad.

En cuanto a lo deportivo, de la mano de Alejandro Orfila Comunicaciones estuvo a un paso de la gloria durante la temporada 2016/17 del campeonato de la Primera B Metropolitana. El Cartero llegó a la final del reducido y en una finalísma recordada, cayó frente a Riestra y quedó con las manos vacías, pero con la frente en alto y una bandera que recorrió el mundo con una frase de Marcelo Bielsa.

¡Felices 87 años, Comunicaciones!