Primera C | Luján

“Me preguntan de qué equipo soy hincha y respondo de Luján”

El defensor Christian Chimino surgido de la cantera de Parque Esperanza de ACIFO siente que su asignatura pendiente es vestir la camiseta del Lujanero.

Publicada: 26/07/2020 10:35:52

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Christian Chimino, aquel pibe surgido en la Escuelita de Fútbol de Parque Esperanza, precisamente la del mismo barrio en el que nació, es hoy en día un aguerrido y consolidado defensor de la Súperliga Argentina. Claro está que nunca nadie le regaló nada y todo lo obtenido se lo ganó con "sangre, sudor y lágrimas". Sangre que derramó en alguna cortada al meter la cabeza de manera temeraria con tal de evitar un gol. Sudor, porque nunca escatimó esfuerzos con cada una de las camisetas que defendió, y lágrimas de incertidumbre cuando Ferrocarril Oeste decidió dejarlo libre o de emoción como cuando con El Gasolero lograron mantener la categoría.

Dentro de la geneología lujanense, y si se tratase de un árbol genealógico conformado por todos aquellos futbolistas de Luján que lograron llegar a Primera División allí cerca del Negro Román Quevedo, Héctor Scardulla, Oscar Mena y Lucas Castromán se encuentra "El Chimi", apodo con el que se lo conoce.

Su trayectoria se inició en la Asociación del Clubes Infantiles de Fútbol del Oeste (ACIFO) en donde en compañía de su papá Alfonso comenzó a desandar la pasión por la pelota defendiendo los colores de Parque Esperanza. Su buen desempeño lo llevó a ir por más y fue en las inferiores de Ferrocarril Oeste del barrio porteño de Caballito donde terminó recalando. En esa entidad conoció el sacrificio de levantarse temprano para viajar e ir a entrenar y a su vez no descuidar el estudio. En el Verde se consolidó en su puesto pero por una serie de circunstancias esa entidad terminó por dejarlo con el pase en su poder y fue Arsenal de Sarandí la entidad que le abrió sus puertas. Aunque sin dudas fue en Temperley donde encontró su apogeo y con la camiseta Celeste se ganó un lugar de privilegio en el corazón de todos los hinchas que pisaban el Berangert.

En el Gasolero se apoderó de la cinta de capitán y los goles de cabeza o penal comenzaron a llegar. También nació la mística tal cual la canción de Charly García de "esos raros peinados nuevos" con cortes exclusivos que le valieron el apodo de El Mohicano. Pero en el fútbol siempre hay que ir por más y por pedido de Alfaro terminó arribando a Huracán de Parque Patricios para jugar la Copa Libertadores de América. Pero la partida del DT a Boca Juniors y decisiones dirigenciales desacertadas terminaron por desarmar el buen equipo del Globo.

Ante varias propuestas, fue Patronato de Paraná en la provincia de Entre Ríos el nuevo destino del lujanense. No tardó en consolidarse y aunque hasta el momento de la suspensión por la pandemia de coronavirus el elenco entrerriano se encontraba luchando por escapar del descenso al Nacional B, lo cierto es que la decisión de AFA terminó por beneficiar al Rojinegro que pudo decir “misión cumplida”.

Mientras se encuentra en la capital de la provincia mesopotámica realizando la cuarentena junto a su familia, el vínculo con Patronato finalizó recientemente y aunque hay predisposición de ambas partes para continuar, el defensor analiza su futuro.

La pandemia de coronavirus en la provincia de Entre Ríos no se siente tanto en comparación a la región metropolitana o al AMBA, aunque siempre hay que tomar los recaudos necesarios y si bien hubo un repunte en los últimos días los casos no son tantos.

“Todo este tiempo en el cual estamos encerrados lo aproveché para disfrutar de la familia. Es que al estar disputando un campeonato tan competitivo como el de la Súperliga hay que viajar mucho y se está muy poco compartiendo momentos con los seres queridos”, le contó a El Civismo.

Si bien comentó que hubo un rebrote de la enfermedad en la ciudad de Paraná y tuvieron que regresar a fase tres, en general la está pasando muy bien. En relación a su futuro explicó que “con Patronato ya no tengo contrato, ahora hay que negociar y si bien está el interés del entrenador y la dirigencia para que continúe ligados, voy a analizar tranquilo el panorama. Ver opciones y pensando siempre en lo mejor para la familia. Los directivos de Patronato se han portado mil puntos conmigo, cumpliendo en todo pese a la suspensión del fútbol. En cuanto a los entrenamientos, al tener una casa amplia con terreno he podido realizar todo sin ningún tipo de inconvenientes, e incluso sumando elementos del gimnasio para estar en óptimas condiciones físicas”.

Dejando de lado lo profesional y pasando a la parte afectiva, la pasión por los colores del Club Luján, no pasa desapercibida en cada lugar en donde llega con su fútbol. Rememora que su fanatismo por el Lujanero se remonta a épocas de fútbol infantil, cuando siendo apenas un niño junto con un amigo era uno de los alcanza pelotas en los certámenes de la Primera División C cuando Luján actuaba de local en el Campo Municipal de Deportes: “Tenía seis o siete años y estaba detrás de uno de los arcos alcanzando pelotas para agilizar los partidos. Desde ese lugar observaba la hinchada y comencé a aprenderme todas las canciones. Un poco más grande dejé mi puesto para pasar a ocupar un lugar en la tribuna techada y un fanatismo que creció y se mantuvo con el tiempo. Agradezco a un amigo del barrio que me llevó por primera vez a esa cancha. Mi ídolo es Javier “La Mona” Brayotta, y aún conservo la camiseta número diez, una Mebal mangas largas que me regaló después del partido en el cual Luján derrotó por 4 a 3 a Comunicaciones, un día de lluvia y barro en la cancha, y él anoto tres goles cuando todavía no se estilaba llevarse la pelota de regalo a la casa”.

En cuanto a preferencias entre los mejores goles, destaca que le gustan los de media distancia. En el podio de los más lindos observados tiene a Abel Oroná con un par de conquistas desde lejos y recientemente a Gonzalo Pérez, con una muy buena definición ante Sportivo Dock Sud o Cañuelas. “Algunos de mis compañeros en equipos de Primera División no pueden entender cómo soy tan fanático del Lujanero, a mí me preguntan de qué equipo soy hincha y respondo con orgullo de Luján”.

Por eso, por tanta pasión, su asignatura pendiente es jugar con esa camiseta. “De ser posible retirarme con la del Lujanero y si además puede coronarse con una vuelta olímpica y en la cancha nueva del predio del barrio San Emilio mucho mejor. Si bien el gol que le hice a Franco Armani en el Estadio Municipal va a ser siempre uno de mis preferidos e incluso por lo lindo está siempre en los especiales de los canales deportivos, creo que un gol en un clásico ante Alem y con la camiseta de Luján sería algo hermoso”.

Christian lleva un tatuaje con la imagen de la Basílica en la zona intercostal. “Decidí hacérmelo porque tenía ganas y bueno era también una forma de marca registrada de llevar a Luján conmigo y a todas partes”. Los sueños se hicieron para cumplirse y cuando muchos sueñan con llegar a Primera División, Cristian Chimino, a la inversa, sueña con volver al ascenso y retirarse con la casaca del club de sus amores.

Alejandro Musso / El Civismo

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