Primera Nacional | Nueva Chicago

Diego Martínez y su larga recuperación en primera persona

El lateral izquierdo volvió a las canchas después de nueve meses y en una charla con Solo Ascenso habló de todo. El Loco, su gran humor, la fe en Dios y todo lo que pasó.

Publicada: 22/10/2020 12:54:06

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Hace unos días se logró volver a verlo en una cancha a nueve meses de la grave lesión que tuvo en su rodilla derecha. Diego Martínez sufrió la rotura de ligamentos cruzados, menisco externo y el tendón rotuliano durante la pretemporada que Chicago realizaba en Necochea, pero dejó atrás todo eso y contra los pronósticos, ya está de vuelta en acción.

En una charla vía telefónica con Solo Ascenso, el lateral izquierdo de 29 años habló de todo: volver a pisar un campo de juego, la posibilidad de alejarse del fútbol, Rubén Forestello y más. Todo en un mano a mano en el que sobre todo, remarcó su fe en Dios, demostró su gran sentido del humor, y el apoyo de su familia para poder estar hoy donde está.

- Pudiste regresar a una cancha después de una larga recuperación, Diego. ¿Qué sensaciones te produjo la vuelta?

- Pasó mucho tiempo, se hizo muy lento y a la vez rapidísimo, por una cuestión de estar lesionado y de repente volvés a entrenar y al poco tiempo a hacer fútbol, no me esperaba una recuperación de haberle ganado 20 0 25 días a la lesión y la gravedad que tuvo.

Muy contento, muy feliz de volver a hacer fútbol, volver a competir, tocar una pelota, hacer una pared, cosas que en esos tiempos que me tocó lesionarme, uno se hace esas preguntas. La gravedad de la lesión te invita a hacerte varias preguntas, pero gracias a Dios pudimos superarlo, fue una alegría inmensa.

- Y en eso que mencionás, ¿qué tipo de preguntas te hacías? ¿pensaste en dejar de jugar al fútbol?

- Nunca se me vino a la cabeza decir ‘no juego más al fútbol’, sí los primeros días de operación te hacés preguntas como ‘¿volveré a caminar?’, pero nunca se me pasó por la cabeza dejar el fútbol. Se me vinieron cosas a la cabeza o miedos, no lo voy a negar porque eso sucede, pero tuve el apoyo de mucha gente, la familia, mis amigos, mi esposa increíble que me ha ayudado muchísimo.

Soy un agradecido a Dios por la clase de gente que me puso al lado, sobre todo a la familia, y a los doctores que no los puedo dejar de lado; el doctor (Andrés) Greco, Ariel (Zeman, kinesiólogo), Cristian y mucha gente del club que me ayudó desde el profesionalismo hasta en el área moral o psicológica. La verdad contentísimo por eso porque son pequeñas cosas grandes que van sumando y ayudando.

Gracias a Dios estamos de pie de nuevo, caminando normal, una rodilla que si la vez está media chimuela (entre risas), pero es la forma nada más y está normal, pero hoy volvimos a hacer fútbol así que contento gracias a Dios bien.

- Precisamente, sobre esto último, después de todo lo que pasó, la particularidad de la pandemia y los meses sin actividad, ¿te imaginabas estar a esta altura en una cancha?

- Obviamente no te lo imaginás, yo vivía el día a día, pero no podía permitirme ponerme algunos plazos porque fue una lesión grave, entonces ponerme plazos era ir adelantando etapas y no era lo ideal porque se podría producir algún retroceso. Lo deseaba, pero no me lo imaginaba de esta manera.

A medida que me fue permitiendo la rodilla, fui tomando más confianza, me fui animando a hacer trabajos que me lo permitía no solo la rodilla, porque la rodilla no te puede doler, pero que no te duela no significa que lo puedas hacer. Cuando el médico o el kinesiólogo me daban el OK, los trabajos comenzaban a ser un poco más duros y no solo el cuerpo me lo permitía, sino la gente profesional que estaba al lado iba sumando cargas y así fui agarrando confianza y vuelo.

Falta ese tramo final de la puesta a punto y tengo tiempo suficiente como para ponerme bien antes del torneo. Estamos por ese camino para ver como terminamos de ponernos a punto antes que empiece.

- En el medio de su recuperación, sucedieron varias cosas por Mataderos: la salida de Rodolfo De Paoli, la llegada de Omar Labruna para reemplazarlo, el despido del propio Labruna, la llegada de Rubén Forestello… ¿Cómo fuiste viviendo a la distancia toda situación?

- Fue medio atípico lo que fue sucediendo, en mi caso me fue sorprendiendo algunas situaciones como la salida de Omar, pero no me quiero meter profundo porque hay cosas que no las sé. En mi cabeza solo tenía recuperarme, estar enfocado en mi rodilla, mi lesión y nada más.

Al no estar en competición, sucedieron cosas en la toma de decisiones en cuanto al club. No es que no tenía nada que ver con nosotros, pero al no estar en competencia uno lo tenía muy por arriba, no le daba tanto enfoque o prioridad como para saber en profundo. Me sorprendió la salida, pero son cosas que suceden en el fútbol y tendrán sus razones.

Yo solamente me dediqué a la rehabilitación de la rodilla, no me desenfoqué de ahí y por eso gracias a Dios hoy puedo hacer amistosos, haciendo fútbol, entrenando como lo estoy haciendo. No le di mucho crédito ni mucha importancia, te vas enterando pero no lo hice tan profundo.

Fueron sucediendo cosas en cuanto a la pandemia que de alguna u otra manera te vas separando y es todo una incógnita de lo que va a suceder no solo en el club sino en el país, y te enfocás en otra cosa y decís ‘evidentemente esto no va a arrancar rápido’. No me detuve a pensar por qué ni para qué, solamente lo viví y me sorprendí por algunas situaciones, pero no más allá.

- Y en cuanto a ello, vos a Forestello ya lo tuviste y lo conocés de San Martín de Tucumán (ascendieron juntos a Primera), ¿qué tan importante es tenerlo hoy en el banco? ¿suma el hecho de ya haberlo tenido?

- Seguro porque todos necesitamos ese bastón, más allá que uno pueda o sea muy fuerte de la cabeza, sea positivo, te guste entrenar. Siempre en algún área de la vida, en el profesionalismo necesitás algún bastón, necesitás apoyarte de alguien, entonces es un plus.

Yo puedo pensar que estoy bien, pero el que está afuera me está viendo con otros ojos, entonces siempre es bueno saber que tenés un técnico y la gente que trabaja con él que te aprieta, no te podés relajar nunca y eso hace que no tengas techo. A partir de ahí comenzás a crecer y no te ponés límites.

- Lo último, Diego. El campeonato ya tiene fecha, el 7 de noviembre se reanuda la Primera Nacional, ¿llegás para entrar en la consideración del Yagui para el primer partido?

- En teoría sí me da para llegar, pero no me pongo plazo porque no sé qué va a pasar cuando me baje del auto -al momento de la entrevista- (entre risas), lo vivo así, día a día. Le voy buscando la vuelta y la mejor manera de ponerme bien, cuidándome de todos lados, no solo dentro de la cancha y después vemos qué sucede.

Ojalá porque quiero estar, pero vamos a esperar como va todo de a poquito. El sábado tenemos un amistoso, hay cosas que tengo que mejorar, otras que tengo que seguir potenciando. Todavía tenemos más de dos semanas, dentro de todo está cerca, pero no me voy a volver loco para estar. Si estoy, ojalá Dios quiera, que sea porque el de arriba lo decide sino esperaremos.

Federico Meza

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