Ni Caruso pudo

El Pirata ganaba ante Mitre en el debut de su nuevo entrenador, y parecía que por fin salía de la mala racha, pero el elenco santiagueño puso el 1-1 cerca del final.

Publicada: 24/11/2019 00:05:02

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Belgrano tenía una nueva oportunidad en Barrio Alberdi. A poco del cierre de un año muy doloroso para todo el pueblo Pirata, la aparición de Ricardo Caruso Lombardi como alternativa para recuperar la ilusión de pelear el ascenso era agua en un desierto de preocupación para los cordobeses. Sin embargo, aunque logró empezar ganando un partido, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo, la B terminó igualando con Mitre y cada vez está más cerca de preocuparse por el descenso que por el ascenso.

El equipo que paró Caruso Lombardi, lejos de los esquemas extraños que proponía Alfredo Berti, fue un 4-4-2 tradicional, con dos volantes por afuera con llegada. El primero en tener una oportunidad fue justamente Techera, quien a los 10 recibió de Luján pero definió encima del arquero visitante. A los 25, Novillo tuvo una de cabeza y para los 38 llegó el gol: Pablo Vegetti escapó por el centro, se acomodó para la derecha y metió un zapatazo cruzado que se convirtió en el 1-0.

Belgrano estaba jugando mejor, había tenido las más claras y el triunfo al cierre del primer tiempo era justo para los locales. Parecía que el Barrio Alberdi se iba a llenar de alegría otra vez, que la seguidilla de malos resultados se acababa y que el famoso refrán de que técnico que debuta gana se cumpliría. Para colmo, Mitre se quedó con 10 al inicio del complemento por la expulsión de Révola y todo parecía más fácil.

Pero los minutos pasaban y Belgrano no lo podía liquidar. Mitre, aunque jugaba en inferioridad numérica, seguía en partido. Caruso, que había tenido que gastar un cambio por lesión de Quiroga (ingresó Almeida) apuntó a buscar el segundo. Metió a Borja por Juan Salas para tratar de ganar peso ofensivo.

Pero a 8 del final, Mitre encontró el empate. Fue un rebote que le quedó a José Torres en el borde del área chica. El delantero definió apurado e incómodo, pero a César Rigamonti la pelota se le escurrió como arena entre los dedos y terminó cruzando la línea. Fue un gol anímico y psicológico para Belgrano, que se llenó la cabeza con los fantasmas de siempre.

En el tiempo que quedaba, no dio para más. No hubo jugadas de riesgo ni peligrosas. Los minutos pasaron y se consumieron como si nada. Belgrano tenía todo para ganarlo, pero volvió a dejar puntos. La derrota de Chicago lo mantiene lejos del fondo, pero si Ferro, Barracas e Independiente Rivadavia podrían superarlo esta fecha.