Primera B | Atlanta

A 16 años del penal más largo del mundo

Un 5 de abril de 2003, el partido entre el Bohemio y Cambaceres se suspendió con un penal que patearía, 24 días después, Lucas Ferreiro, quien repasó el momento en exclusiva.

Publicada: 05/04/2019 17:46:09

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El año 2003 fue épico para Atlanta. Una campaña que parecía ser el fin de un club que venía de atravesar muchos problemas económicos y le tocaba arrancar una temporada, la 2002/2003, con un pie y medio en la Primera C. Pero de la mano del Tano Pasini, el Bohemio lograría salvarse en la última fecha y terminaría jugando la promoción que lo mantuvo en la B Metropolitana.

De esa campaña, quizá el momento más recordado es el penal más largo del mundo, sancionado hace exactamente 16 años y convertido 24 días después. El 5 de abril de 2003, Atlanta igualaba con Cambaceres 0-0 en Ensenada, faltaban menos de 10 minutos y el juez Alejandro Toia cobró penal para el Bohemio por una mano. Eso desató desmanes en la tribuna local que terminaron por suspender el encuentro.

“El momento que estábamos atravesando en el club fue mucho más importante que el penal. El penal pasó a ser una anécdota. Hacía casi 8 o 9 meses que veníamos peleando el ascenso, se acercaba el final, y fue un pasito más para cumplir el objetivo. Para los neutrales es mucho más cinematográfico, pero para los que somos de Atlanta, había cosas más importantes que el penal”, recordó en exclusiva Lucas Ferreiro, quien se haría cargo de la pena máxima.

Y sobre la infracción, agregó: “De la jugada del penal me acuerdo que estábamos lanzados en ataque, buscando la victoria. Hay un penal, antes, en esa misma jugada, y cuando patea creo que Velara o Iarossi, la pelota pega entre la mano y ya lo tenía que cobrar, porque venía de esquivar un penal claro segundos antes”.

“Cobran el penal y se pudre todo”, sintetiza como si lo volviera a vivir. Según la lógica del plantel, todo terminaba ahí: “Nosotros teníamos pensado y dábamos por sentado que el partido nos lo iban a dar ganado a nosotros, sin ninguna duda. Después dicen que se juega. Nosotros en el medio seguimos jugando, no es que esperamos 24 días para jugar. Seguíamos en la ruleta rusa de salvarnos o no del descenso”.

El encuentro se terminó reanudando un 29 de abril de 2003, en cancha de Argentino de Quilmes, con la cancha parcialmente inundada. El encuentro comenzó, insólitamente, no con un saque del centro de la cancha, sino con un tiro desde el punto del penal.

“Llega el día del penal y fue algo muy raro. Era un partido de 8 o 9 minutos, con un tiempo de 4 y otro de 5 y la pelota arrancaba en el punto del penal. Me tocó patearlo bien y por suerte tuve la frialdad de ejecutarlo bien y meterlo. Pasa a ser una anécdota para los de Atlanta y algo más simbólico para los neutrales. Nosotros estábamos en otra historia, era un momento crítico del club”, afirmó, en referencia a la pelea por la permanencia.

Pese a que tuvo mucho tiempo para definir cómo patear el penal, Ferreiro resolvió ese día: “Eso se decidió en el momento. Las condiciones del terreno eran nefastas. En el buen sentido, porque antes se jugaba así. Ahora caen dos gotas y se suspende. El fútbol va mutando, la vida va mutando, y se van modificando cosas que para nosotros eran normales y ahora no lo son”.

“Tenía 23 años y por suerte me dejaron tener el equipo al hombro. Digo por suerte porque hay gente que tiene la personalidad y no la dejan. Igual hablo en general, individualmente es muy difícil lograr algo en el fútbol”, remarcó el ídolo del Bohemio.

Para cerrar, remató: “Hay 10 mil anécdotas de esa campaña. Era un equipo que estaba totalmente descendido. Matemáticamente había chances, por eso se logró en la última fecha esperando un resultado. Doblemente feliz por el club que me vio nacer, y la última fecha me tocó hacer el gol en la cancha de Tigre. Y fue un año redondo para mí”.

Mariano Perusso

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