Solo Ascenso | Opinión

Diego eterno

Leonel Giralda

Publicada: 26/11/2020 13:59:56

Argentina llora desconsoladamente. Y así seguirá por y para siempre. A todos se nos fue una parte de nuestra vida. Un 25 de noviembre de 2020 quedará marcado a fuego en la historia. Un mediodía apenas nublado, espeso y con resolana. La noticia, de inmediato, convirtió la euforia semanal en un país roto, quebrado y sin respuestas ante la pérdida de Diego Armando Maradona.

El pueblo. La gente. El tipo más poderoso que siempre se preocupó por los que menos tenían. No alcanzan las palabras ni los caracteres para describir la vida de Diego. Son miles y miles de capítulos de un libro, temporadas interminables en una serie de Netflix. Pocos entienden a Maradona. Lo que le pasa a cualquiera de los terrenales en dos años, al Diego le pasaba en una semana. Nadie hubiera podido llevar la vida de Maradona durante más de una hora. Nadie hubiese soportado.

Cuando llegué a este mundo, Diego estaba culminando su etapa en Nápoli. No me considero un maradoniano de ley, pero gracias a él entendí que el fútbol guardaba un lugar habitable para millones de personas. Para ser honesto, hermoso. Se puede ser simpatizante de Chacarita, Flandria, El Porvenir o Puerto Nuevo, pero hay algo que está claro: todos somos hinchas de Maradona. De ese club todos somos socios al minuto.

Diego hizo del fútbol un arte. Y con la zurda mágica fue pintando infinitos cuadros a lo largo del mundo. Gracias a Maradona nos conocen en rincones del universo que consideramos inimaginables. Es una fuente interminable de alegría para millones de personas alrededor del planeta.

Lo comprobé en carne propia en su otra tierra amada: Nápoles. Cuando un argentino pisa esa Ciudad pasa a ser uno más, es considerado un hermano. Como se diría en el barrio, ”te sacan la ficha enseguida”. Cada napolitano se acerca y habla de fútbol, de Maradona como un Dios, del tiro libre a Juventus, de los Scudettos, entre tantas otras cosas.

Te miran, te tocan el hombro, te estrechan la mano. Buscan la piel de un argentino que respira a Maradona de forma permanente. Todo gracias a él. Difícilmente alguien que no sea argentino o napolitano entienda la real dimensión de un personaje así, de lo que significó –y seguirá significando- para la gente.

En tiempos donde necesitar todo forma parte de nuestro idioma cotidiano, Diego solo quería el verde césped y una pelota. Así de simple. Eso le era suficiente. Fue uno de los pocos argentinos que unió a toda una sociedad.

Queremos creer que esto no es real, pero llegó el día que nunca quisimos imaginar. A partir de ahora todos vamos a estar un poco más tristes. Porque Diego fue un cachito de cada uno. Y hoy se nos rompió algo por dentro. Pero tranquilo, Diez, vamos a contarle a futuras generaciones quién fuiste y todo lo que amaste a la Celeste y Blanca. Descansá en paz, ahora que podés, D10S.

comentarios

columnasanteriores